Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Departamento de Castellano, Literatura y Latín
Curso: Desarrollo del Lenguaje del niño de 0 a 7 años
Especialidad: Educación Preescolar
Prof. Angélica Silva
Período Académico: 2008-II
Instituto Pedagógico de Caracas
Departamento de Castellano, Literatura y Latín
Curso: Desarrollo del Lenguaje del niño de 0 a 7 años
Especialidad: Educación Preescolar
Prof. Angélica Silva
Período Académico: 2008-II
Nombre y Apellido:
Vargas Stephany
Sección: 003
Vargas Stephany
Sección: 003
“Comunicación Animal y el Lenguaje Humano"
La constrovencia de las especies animal y humana
(Texto de opinión)
La constrovencia de las especies animal y humana
(Texto de opinión)
El lenguaje humano presenta rasgos de mayor complejidad que la comunicación establecida entre otras especies. Por esa razón, el lenguaje humano ocupa el lugar más evolucionado del intercambio informativo que se conoce entre las especies. De allí que la cuestión sería ahora saber si podrían los animales aprender a desarrollar un lenguaje humano? Muchas personas piensan que ciertas habilidades de vocalización de animales como el loro es una posibilidad que tiene otras especies para alcanzar el lenguaje. Ahora bien, para establecer diferencias entre el lenguaje humano y el lenguaje animal a continuación se ofrecerán una serie de argumentos.
En primer lugar, debe destacarse que el concepto de lenguaje se ha relativizado. Afortunadamente eso es muestra de una mayor comprensión del amplio número de fenómenos que con el se relacionan. Toda esta idea ha sido explicada por diversos autores, entre ellos encontramos al profesor Iraset Páez Urdaneta. Según el autor, a la noción de lenguaje podemos dividirlo como una conducta adquirida. En ese sentido, estaríamos hablando del lenguaje propiamente dicho. No obstante, si nos referimos al código que establece la comunicación, estamos desarrollando el concepto de lengua, el concepto de código lingüístico como el castellano, el francés, el italiano, el portugués, entre otros. Distinciones entre lenguaje y lengua a un nivel abstracto y concreto de un sistema de comunicación no pueden establecerse entre el intercambio de información animal. Así mismo cuando hablamos de la capacidad comunicativa humana hacemos referencia la capacidad cualitativamente distinta de la empleada por otras especies.
En primer lugar, debe destacarse que el concepto de lenguaje se ha relativizado. Afortunadamente eso es muestra de una mayor comprensión del amplio número de fenómenos que con el se relacionan. Toda esta idea ha sido explicada por diversos autores, entre ellos encontramos al profesor Iraset Páez Urdaneta. Según el autor, a la noción de lenguaje podemos dividirlo como una conducta adquirida. En ese sentido, estaríamos hablando del lenguaje propiamente dicho. No obstante, si nos referimos al código que establece la comunicación, estamos desarrollando el concepto de lengua, el concepto de código lingüístico como el castellano, el francés, el italiano, el portugués, entre otros. Distinciones entre lenguaje y lengua a un nivel abstracto y concreto de un sistema de comunicación no pueden establecerse entre el intercambio de información animal. Así mismo cuando hablamos de la capacidad comunicativa humana hacemos referencia la capacidad cualitativamente distinta de la empleada por otras especies.
En segundo lugar, y para responder a la pregunta de que si podrían los animales desarrollar lenguaje podemos precisar el ejemplo del “loro”. Es decir, esta ave aunque imita…, no significa que haya aprendido a usar ese lenguaje humano enseñarlo a los de su misma especie y transformar sus posibilidades. El loro simplemente ha fijado una señal cuyo significado desconoce y no produce nuevos mensajes a partir de la combinación de los elementos que conforman las señales aprendidas. El lenguaje humano no consiste solamente en realizar vocalizaciones sino también, en una conversación, en la transferencia recíproca de mensajes que se va construyendo en el transcurso de un encuentro comunicativo, es decir, un diálogo. Por esa razón, es evidente que los loros no pueden hacer lo segundo.
En tercer lugar, la investigación sobre la posibilidad de aprendizaje del lenguaje humano entre otras especies animales se ha centrado casi exclusivamente en la enseñanza de chimpancés. Ejemplos de que ni los chimpancés, alcanzan el habla humana fueron realizados en los años 30, cuando una pareja criaron a su hijo junto a un chimpancé infante. A los 16 meses, entendía muchas palabras más que el niño, pero está capacidad fue progresivamente superada por el niño, que no solo aprendió poco a poco más vocabulario sino que también adquirió la capacidad de combinar las palabras aprendidas para expresar nuevos significados. En 1950 se demostró la experiencia de los esposos Hayes. En esta investigación se logró que su chimpancé, “Viky”, aprendiera. Luego de seis años de entrenamiento, un gran número de palabras pudo aprender el simio, pero siempre bajo el condicionamiento de su conducta y la recompensa del alimento.
Por su parte, el chimpancés “Washoe” de 1 año aprendió 160 signos, varios de, los cuales combinaba en número de cuatro o cinco, para convertir mensajes más complejos. En su manejo del lenguaje de señas, washoe recurría a mecanismos de extensión semántica y el signo para “baby” (bebé) también era utilizado para referirse a cosas pequeñas. En el caso de la chimpancés “Sarah” de 6 años de edad se encontró que ésta fue capaz de responder simbólicamente oraciones utilizando fichas - signos de colores. Todos estas investigaciones nos demuestran que aunque “Sarah”, por ejemplo, aprendió “una lengua” por medio de representaciones no podía establecer conversación por medio del diálogo como lo hacemos los seres humano ni con sus pares (otros monos) o con los humanos sin que la recompensa de alimentos estuviera presente.
En cuarto lugar, tenemos que establecer las diferencias entre la comunicación animal y el lenguaje humano con el célebre estudio de la comunicación entre las abejas. Las abejas se comunican entre ellas por medio de dos clases de danzas, la primera de ellas consiste en trazar círculos horizontales de derecha a izquierda, y luego de izquierda a derecha, sucesivamente. La segunda danza acompañada de una continua agitación del abdomen, imita más o menos la figura de un ocho. Después de que las abejas realizan esta danza, el resto se dirige en línea hacia la fuente de alimento que la primera encontró. Esto significa que las abejas se comunican, pero no se construye un mensaje a partir de otro como hace el ser humano con el diálogo.
En conclusión, podemos primeramente destacar que las condiciones fundamentales de una comunicación propiamente lingüística parecen faltar en los animales así sean superiores. Ningún animal hasta ahora, ha logrado desarrollar el lenguaje humano, con todas sus complicaciones. Los animales no pueden establecer conversaciones por medio de diálogos como lo hacemos todos los seres humanos. Las especies animales se comunican entre ellos por medio de su propio proceso intercambio de señales como muestra el sistema de comunicación de las abejas. No obstante, el lenguaje humano es, hasta ahora, incomparable con cualquier otro sistema de comunicación de la especie.
En tercer lugar, la investigación sobre la posibilidad de aprendizaje del lenguaje humano entre otras especies animales se ha centrado casi exclusivamente en la enseñanza de chimpancés. Ejemplos de que ni los chimpancés, alcanzan el habla humana fueron realizados en los años 30, cuando una pareja criaron a su hijo junto a un chimpancé infante. A los 16 meses, entendía muchas palabras más que el niño, pero está capacidad fue progresivamente superada por el niño, que no solo aprendió poco a poco más vocabulario sino que también adquirió la capacidad de combinar las palabras aprendidas para expresar nuevos significados. En 1950 se demostró la experiencia de los esposos Hayes. En esta investigación se logró que su chimpancé, “Viky”, aprendiera. Luego de seis años de entrenamiento, un gran número de palabras pudo aprender el simio, pero siempre bajo el condicionamiento de su conducta y la recompensa del alimento.
Por su parte, el chimpancés “Washoe” de 1 año aprendió 160 signos, varios de, los cuales combinaba en número de cuatro o cinco, para convertir mensajes más complejos. En su manejo del lenguaje de señas, washoe recurría a mecanismos de extensión semántica y el signo para “baby” (bebé) también era utilizado para referirse a cosas pequeñas. En el caso de la chimpancés “Sarah” de 6 años de edad se encontró que ésta fue capaz de responder simbólicamente oraciones utilizando fichas - signos de colores. Todos estas investigaciones nos demuestran que aunque “Sarah”, por ejemplo, aprendió “una lengua” por medio de representaciones no podía establecer conversación por medio del diálogo como lo hacemos los seres humano ni con sus pares (otros monos) o con los humanos sin que la recompensa de alimentos estuviera presente.
En cuarto lugar, tenemos que establecer las diferencias entre la comunicación animal y el lenguaje humano con el célebre estudio de la comunicación entre las abejas. Las abejas se comunican entre ellas por medio de dos clases de danzas, la primera de ellas consiste en trazar círculos horizontales de derecha a izquierda, y luego de izquierda a derecha, sucesivamente. La segunda danza acompañada de una continua agitación del abdomen, imita más o menos la figura de un ocho. Después de que las abejas realizan esta danza, el resto se dirige en línea hacia la fuente de alimento que la primera encontró. Esto significa que las abejas se comunican, pero no se construye un mensaje a partir de otro como hace el ser humano con el diálogo.
En conclusión, podemos primeramente destacar que las condiciones fundamentales de una comunicación propiamente lingüística parecen faltar en los animales así sean superiores. Ningún animal hasta ahora, ha logrado desarrollar el lenguaje humano, con todas sus complicaciones. Los animales no pueden establecer conversaciones por medio de diálogos como lo hacemos todos los seres humanos. Las especies animales se comunican entre ellos por medio de su propio proceso intercambio de señales como muestra el sistema de comunicación de las abejas. No obstante, el lenguaje humano es, hasta ahora, incomparable con cualquier otro sistema de comunicación de la especie.